Este es mi espacio de expresión, donde dejo fluir mis emociones, sentimientos, pasiones, miedos, donde puedo plasmar lo que siento, lo que pienso, lo que aprendo y lo que me cuesta incorporar, lo que me gusta y lo que me disgusta, lo que me atrae, lo que me preocupa, lo que quiero decir y no puedo con la voz… y quizás si puedo con mis fotos o escribiendo… pero sacarlo afuera, para no controlar y soltar y así transitar mas consiente cada proceso y llegar a sanar...



martes, 16 de agosto de 2011

Pensamos mucho e intuimos poco


Como la mayor parte del tiempo nuestra atención se mantiene dirigida hacia afuera, hacia otras personas, nuestra mente está invadida de pensamientos que planean el futuro o analizan el pasado.

Somos lo que somos porque primero lo hemos imaginado. Para asumir la vida desde una perspectiva diferente, menos rígida, más tranquila y espontánea, es necesario tener el control de nuestra mente. Para mejorar nuestra calidad de vida, debemos trabajar sobre nuestra mente: la loca de la casa.
Una mente confusa navega por mares de desesperación y ansiedad.
Los odios, los celos, las codicias, las envidias, los apegos, crean más ataduras y acortan los sentimientos de libertad, de expansión, de infinitud, de abundancia. ¿Si no confiamos en nosotros, cómo vamos a confiar en los demás? Vivimos de manera mecánica, ni siquiera pensamos y esto nos lleva a toda clase de estados anímicos que nos hacen sentir insatisfechos.

La mejor alternativa para limpiar la mente es el silencio interno, que nos ayuda a reconciliarnos. La meditación, la visualización entre otros, son tónicos importantes para aquietar la mente.
En nuestro medio las personas viven más del lado externo de la mente. Al vivir para satisfacer a los demás, caen en la trampa de ser como ellos quieren, perdiendo toda posibilidad de ser como quieren ser.

Todos nuestros actos están tejidos por nuestros sueños y es nuestra mente la que determina si se vuelve contra nuestros sueños y nos convierte en sus ciervos o nos atrevemos a desafiarla y a tomarla por los cuernos por medio del trabajo interior. La decisión está en nuestras manos .
El secreto es que no hay secreto: todo está en la meditación. Al meditar desaparecen las fronteras y se abre un nuevo horizonte. La paz se consigue trabajando sobre el ego.

Otro ejercicio interesante para adiestrar la mente es la atención, que nos posibilita modificar todas nuestras reacciones mecánicas y liberarlas de esquemas de conductas preestablecidos. Si todo es ilusión y es transitorio, cuantos más apegos existan, más sufriremos.
Para modificar nuestros viejos esquemas de pensamiento debemos trabajar sobre el ego que siempre y en todo memento nos está involucrando en la competición, las intrigas y el afán de logros.

A veces nos involucramos en cosas que no tienen que ver con lo que queremos para evitar asumir retos interiores, buscando huir del sufrimiento, pero no nos damos cuenta que estamos creando más sufrimiento mental. Pensamos demasiado y vivimos poco. Tal vez porque nuestra cultura nos ha inculcado más lo racional que lo intuitivo.

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